Que una película muda, francesa y en blanco y negro sea una de la mejores películas del año ya resulta complicado. Pero además es una película recomendable para preparar este año 2012.

Cada fotograma de la película rezuma encanto y amor. Amor por el cine clásico, homenajeado en muchos de sus fotogramas . Y nos regala varias escenas para que se queden grabadas en la retina.Un viaje al inicio del cine sonoro deliciosamente interpretado, musicado y dirigido.

Pero aun hay más. La película refleja un mundo en crisis, de cambio, de transición ( ¿esto resulta actual?) los protagonistas se mueven por sus valores, experiencias y juicios. Y estando en el año que estamos, tengamos la tecnología que tengamos es curioso volver a descubrir que el ser humano tiene una series de respuestas básicas ante los problemas. En eso no hemos evolucionado. Y esa imagen del protagonista firmando cheque tras cheque para salvar su “negocio” cegado en su esquema no deja de ser una parábola de muchos empresarios.

La película nos regala tres potente lecciones para la empresa

1) No te aferres al pasado. Las fórmulas de éxito pasan y no garantizan el futuro. Aferrarse a una forma de hacer las cosas , por orgullo o incapacidad de cambiar, te pueden condenar al fracaso.
2) Aunque fracases siempre hay esperanza. Y a veces hasta que no se toca fondo no encontramos el camino.
3) Para innovar hay que hibridar. Si el modelo antiguo no vale tampoco abrazar lo nuevo es la solución. Nuestra experiencia es válida y hay que fusionarla con otras para conseguir algo nuevo. Esa es la alquimia de la innovación

Hay que ir a ver The Artist no solo disfrutará de una buena película además se puede tomar apuntes. Feliz 2012